Millonarios
confirmó en Ibagué que está en alza. Si en un momento se vio un equipo con
dudas y flaquezas, creo que ningún hincha se atrevería hoy a negar que la
ilusión de la estrella 15 es real. Y lo es, principalmente, porque el equipo
está jugando bien.
Sin
duda el buen juego es lo más importante para mantener en los cuadrangulares,
pero no sobraría llegar con la ventaja del punto invisible. El semestre pasado
nos sirvió. Aunque varios equipos han sido finalistas, e incluso campeones, sin
ese punto, no podemos negar que es mejor tenerlo que no tenerlo. Con el triunfo
de hoy, se abre una puerta para que Millonarios lo obtenga: además del triunfo
de nuestro equipo ante Alianza Petrolera, se requiere el triunfo de Cúcuta ante
Nacional, el de Pasto ante Itagüí y que el Tolima no gane a domicilio ante
Equidad. Puede parecer difícil una combinación de cuatro resultados, pero no se
requiere pedir más a que en estos partidos los locales se hagan valer.
Además
de la ventaja que nos daría el punto invisible, también abriría la posibilidad
de una final bogotana. Creo que no soy el único hincha azul (y tal vez aplique
también entre los rojos) que sueña con ver esa final. Y si se da este semestre,
mejor todavía, porque Santa Fe llegaría, casi con seguridad, con la mejor
actuación de su historia en Copa Libertadores. Llegarían fuertes (e inflados).
Sería además una gran oportunidad de desquite de la Supercopa del inicio de
año. Sería una final soñada, y sería un título soñado. Y tanta ilusión no es en
vano. Sólo hay que mirar la historia: de las trece estrellas anteriores a la
última, nueve hicieron parte de una seguidilla de dos, tres, o cuatro títulos
consecutivos. Ganar estrellas en forma consecutiva está incrustado en nuestras
venas; como lo es ganar títulos tras uno de Santa Fe: en cinco de los siete
títulos del vecino de patio, Millonarios ha ganado el torneo siguiente. Nuestra
historia está unida, pero con amplia superioridad azul. Que los dos equipos
tradicionales de Bogotá estén disputando frente a frente los títulos es parte
de la gran tradición del fútbol colombiano. Durante muchos años esa historia
entró en el congelador, y será motivo de otro artículo (para el que esperaré el
final del torneo), para explicar cuáles fueron los factores que influyeron a
que eso pasara: Santa Fe esperó por 37 años y Millonarios por 22. Pero de la
misma forma hay factores que muestran claramente que la historia tiende a
equilibrarse. Las grandes tendencias históricas tienen a mantenerse; y una
final entre Millonarios y Santa Fe simplemente es parte fundamental de nuestra
liga. Puede que se dé este semestre, como puede que no; pero no dudo que será
una final que pronto veremos, y la veremos repetidamente, así como las habrá
entre Millonarios y Nacional y Millonarios y Cali. Porque la historia volvió a
su lugar. Por eso tenemos derecho a ilusionarnos.
Guillermo Posse
@gposse
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