Pocos conocemos quién es exactamente Juanma Lillo y de lo
que representa internacionalmente para el fútbol mundial especialmente en
materia teórica y conceptual
y ello se debe a que más que un técnico de fútbol en España es y ha sido objeto
y modelo de reverencia de personajes de la talla de Pep Guardiola o Joaquín
Caparrós.
Si uno se detiene unos instantes a analizar de manera objetiva el
partido contra Itagüí en la fría y lluviosa noche capitalina olvidándose un
poco de su fanatismo exacerbado por los colores azules se da cuenta de que a
pesar de escasear continuamente la posesión de la pelota en pies del visitante
el equipo lograba que el balón terminara así fuera de forma abrupta y
accidental en una opción “de algo” que para el caso sería acercarse a merodear
el área rival adelantando líneas y generando el achique de zonas en las que
Otálvaro, Montero o Wason tendrían superioridad posicional para libremente
poder atacar cuando se recuperase el balón o cuando se saliera jugando. Es allí
donde la falta de profundidad trae como consecuencia el “avanzar con la pelota” diferente a “atacar con la misma” porque avanzar en fútbol es
adelantarse con el balón algunos metros y atacar es generar juego, profundizar
y adelantar las líneas mediante la asociación y la búsqueda de espacios para la
creación de peligro en puerta contraria, cosa que, por tales movimientos
direccionados perfectamente por Itagüí en su defensa y ataque consiguió anular
al tiempo los toques y llegadas nuestras.
Últimamente y ello obra específicamente en lo que fueron los partidos
de copa libertadores y la liga, en este semestre se han notado síntomas de
debilidad en cuanto a la desorganización defensiva del equipo, entre las que se
destacan el hecho de que siempre le ganen en el encare a Jarold Martínez su
línea de defensa, sea a través del enganche o a través de la superioridad
posicional por encima de la numérica en jugadas que en apariencia no merecían
peligro alguno o esfuerzo. También el hecho de no tener profundidad para el
ataque y de la no conversión de los delanteros porque superaban la espalda
rival pero no salían al encuentro con la pelota “para entrar hay que saber salir
primero” o si salían se quedaban como un volante más en
función de ataque que no entraban a penetrar sino a duras penas por los
costados la línea defensiva rival, algo así como permitiendo el reagruparse y
formar defensas estáticas como las italianas en las que se regalan los costados
pero se achican con volumen defensivo los espacios del centro de la cancha.
Por eso más que criticar abiertamente la actitud del equipo está en
hacer ver que si se perdió en el último minuto como contra Nacional no fue por
falta de “huevos” sino de algo más que está inmerso en cada jugador profesional y es el
de interpretar inmediatamente al tiempo de la situación y de forma más perfecta
y armónica posible los conceptos futbolísticos por encima de la táctica de
juego tales como los de ataque y defensa, de tiempo y espacio, de pressing y
timming, de estilo de juego y forma de jugar etc., porque tal como en el
titular de mi esquela “LA CABEZA NO ES INDEPENDIENTE. EL
TIEMPO ES UNA MEDIDA ABSTRACTA DEL ESPACIO” el hecho de haber perdido hoy es
consecuencia de permitir que la posesión del balón haya sido superada por la
posesión del espacio que finalmente supo y pudo aprovechar Itagüí en una de sus
mínimas y escasas apariciones a puerta nuestra aun conociendo eso de que “Los equipos limitados técnicamente, viven
cómodos sin el balón”.
En suma habrá que dejar que cada
cual haga su trabajo y en este caso está en permitir que Hernán Torres libremente
y dentro de su órbita se haga cargo de la situación y tome las decisiones que
sean necesarias así no sean de nuestro agrado, y en ellas incluyo el caso
Martínez, Montero y Rentería principalmente, hay que entender que el equipo se
ha visto aminorado por los dolorosos sucesos acaecidos en Medellín con Perlaza,
Ortíz y Asprilla y que las medidas adoptadas por el cuerpo técnico buscan el
beneficio de todos para lograr lo que seguimos soñando. Cierro con una frase de
Juanma Lillo muy importante para lo que fue hoy y deduzco serán las cosas a
partir de mañana en el equipo: “Lo que debe temer
cualquier entrenador es que el equipo rival se ponga a jugar, y no temer que se
ponga a correr” porque si todos fuéramos
carpinteros ¿quién me cargaría la herramienta?
Gracias.
Jon
Edward C. Muñoz (Jon Aurtenetxe)
En Twitter: @JonEdwardCMuoz
jonneymar11@hotmail.com
No hay comentarios :
Publicar un comentario